Guía para la adaptación del ciclo urbano del agua al cambio climático: una hoja de ruta para transformar la gestión hídrica en nuestras ciudades.
Publicada por la Universidad de Sevilla y el MITERD, con coordinación técnica de Estudio Agua y Territorio.
El cambio climático está alterando los patrones del agua en nuestras ciudades: más sequías, más lluvias intensas, más incertidumbre. La manera en que planificamos, gestionamos y gobernamos el ciclo urbano del agua necesita adaptarse con urgencia. En este contexto, se presenta la Guía de Adaptación del Ciclo Urbano del Agua al Cambio Climático, un documento clave para orientar la acción local, fortalecer la resiliencia y garantizar el derecho al agua en escenarios climáticos cada vez más complejos.
La publicación, fruto de la colaboración entre la Universidad de Sevilla y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), ha sido coordinada por nuestro equipo, con aportes de numerosas personas expertas y agentes públicos. Su enfoque combina rigor técnico, mirada territorial y compromiso con la sostenibilidad y la justicia hídrica.
¿Por qué esta guía es necesaria?
Los sistemas urbanos de agua fueron diseñados bajo supuestos de estabilidad climática que ya no se sostienen. Hoy, la exposición a sequías prolongadas, eventos extremos de precipitación o aumentos de temperatura pone en jaque la continuidad y equidad de los servicios hídricos.
Frente a este panorama, la guía plantea un enfoque de adaptación transformadora: no se trata solo de resistir impactos, sino de reorganizar los sistemas urbanos para hacerlos más flexibles, inclusivos y sostenibles. La adaptación climática se convierte así en una oportunidad para repensar la forma en que las ciudades se relacionan con el agua y con su entorno.
Marco institucional y objetivos de adaptación
La Guía de Adaptación del Ciclo Urbano del Agua al Cambio Climático se alinea con un conjunto amplio de marcos estratégicos e instrumentos normativos a nivel estatal y europeo. Destacan la Estrategia Española de Adaptación al Cambio Climático (EEACC) y su desarrollo sectorial a través del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) 2021-2030, que identifica la gestión del ciclo urbano del agua como un ámbito prioritario. A nivel normativo, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética establece obligaciones específicas para las entidades locales en materia de adaptación, mientras que las instrucciones técnicas de planificación hidrológica promueven la incorporación de escenarios climáticos en la gestión del agua.
En este contexto, la guía propone objetivos operativos claros: reducir las vulnerabilidades físicas y sociales frente a riesgos climáticos, fortalecer la capacidad de anticipación de los operadores del agua, integrar la adaptación en los instrumentos de planificación urbana e hidráulica, y fomentar soluciones basadas en la naturaleza que generen beneficios múltiples.
Sin embargo, persisten brechas entre estos objetivos y su implementación práctica. Muchas entidades locales carecen aún de diagnósticos de riesgo climático específicos para el ciclo del agua, y las inversiones siguen priorizando soluciones grises tradicionales frente a intervenciones más integradoras y resilientes. Además, la participación social en los procesos de planificación hídrica-adaptativa es todavía limitada, lo que reduce su legitimidad y eficacia a largo plazo.
Por ello, la guía insiste en que la adaptación debe entenderse como un proceso político y social, no solo técnico. Avanzar en este campo exige reforzar la cooperación entre escalas administrativas, dotar de recursos a las administraciones locales y abrir espacios de gobernanza participativa que articulen las necesidades del territorio con los compromisos institucionales.
Cinco fases para actuar
El documento propone un marco metodológico en cinco fases: (1) análisis del contexto y diagnóstico de vulnerabilidades, (2) definición de objetivos de adaptación, (3) identificación de medidas, (4) planificación de la implementación, y (5) seguimiento y evaluación. Cada fase se acompaña de herramientas y recomendaciones para facilitar su aplicación por parte de administraciones locales, operadores públicos y entidades gestoras.
Además, se incorpora un catálogo amplio de medidas de adaptación, organizadas en soluciones blandas (como la mejora de la gobernanza o la educación ambiental), verdes (como infraestructuras basadas en la naturaleza) y grises (como la modernización de redes o tanques de tormenta). Esta clasificación permite a cada municipio diseñar su hoja de ruta según sus capacidades, prioridades y contexto territorial.
Figura 2 Esquema del proceso de diseño de un marco de actuación para la adaptación. Figura tomada de la Guía para la adaptación de los sistemas de agua urbana al cambio climático. Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento y Editorial Universidad de Sevilla. Sevilla. 2025.
Gobernanza, justicia y territorio
Una de las principales aportaciones de la guía es su enfoque en la gobernanza adaptativa y multinivel. La adaptación no es solo técnica: es también una cuestión de poder, participación y equidad. Por ello, se insiste en la necesidad de abrir espacios de diálogo entre ciudadanía, administraciones, operadores y agentes del conocimiento. La justicia climática, entendida como la distribución justa de cargas y beneficios, atraviesa toda la propuesta metodológica.
Asimismo, se reconoce la enorme diversidad de realidades locales. La guía no impone un modelo único, sino que promueve la contextualización territorial de las estrategias, partiendo de las características ecológicas, sociales y económicas de cada municipio o región.
Hacia una cultura del agua adaptativa
La guía no es un punto de llegada, sino de partida. Su publicación busca impulsar un cambio cultural en la forma en que concebimos la gestión del agua urbana: desde una lógica reactiva y sectorial hacia una visión preventiva, integrada y colaborativa. Las soluciones no vendrán solo desde la tecnología, sino desde la cooperación entre instituciones, comunidades y ciudadanía.
La Guía de Adaptación del Ciclo Urbano del Agua al Cambio Climático ya está disponible para su consulta y descarga gratuita. Puedes acceder a ella aquí.
Desde AguayTerritorio.coop, celebramos haber contribuido a esta iniciativa y seguiremos trabajando para que la adaptación climática sea una realidad tangible en nuestros barrios, ciudades y territorios.
Vista aérea de drones de la naturaleza en el rio Moldavia con bosques cercanos al pueblo y campos alrededor.
En conclusión…
Los Planes de Fomento de la Reutilización del Agua son mucho más que documentos técnicos: constituyen la hoja de ruta para garantizar que el agua regenerada se aproveche de manera segura, eficiente y sostenible. Representan un cambio cultural y de gestión, donde la reutilización deja de ser marginal para convertirse en una fuente estructural de agua en los municipios.
En un escenario de cambio climático y creciente escasez, los PFRA son imprescindibles para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 (ODS 6), reducir la presión sobre los ecosistemas y asegurar la autosuficiencia hídrica de las ciudades. El reto inmediato es ampliar la confianza social en el agua regenerada y multiplicar sus aplicaciones, desde el riego urbano hasta los usos industriales y ambientales.
El futuro del agua pasa, en buena medida, por la capacidad de los municipios para planificar su reutilización. Los PFRA son la herramienta que hará posible ese salto hacia una gestión verdaderamente circular y justa del agua.