Los Planes de Fomento de la Reutilización del Agua: una herramienta clave para la sostenibilidad hídrica.
La gestión del agua vive un momento decisivo. La sequía recurrente, la sobreexplotación de acuíferos y el cambio climático han puesto en evidencia que los recursos convencionales ya no bastan para cubrir las demandas urbanas, agrícolas e industriales. En este contexto, la reutilización de aguas regeneradas —aguas residuales tratadas para un nuevo uso— se ha convertido en una estrategia esencial para garantizar la seguridad hídrica y reducir la presión sobre los ecosistemas.
En España, el impulso definitivo llega de la mano de los Planes de Fomento de Reutilización del Agua (PFRA), documentos que las administraciones locales deben elaborar para organizar, promover y gestionar el uso de este recurso no convencional. Más allá de un requisito legal, los PFRA son una oportunidad para modernizar el ciclo del agua, avanzar en economía circular y generar confianza social sobre un recurso a menudo poco conocido.
¿Qué es un PFRA?
Un Plan de Fomento de la Reutilización del Agua (PFRA) es un instrumento de planificación diseñado para estructurar el uso de aguas regeneradas en un territorio, normalmente a escala municipal o de aglomeración urbana. Su objetivo es doble: garantizar la seguridad y la calidad del agua regenerada y ampliar sus usos de manera ordenada y sostenible.
Entre los aspectos que abordan, destacan:
La importancia de los PFRA
Los PFRA cumplen funciones estratégicas que van más allá de lo técnico:
- Liberación de recursos de calidad
Sustituir agua potable en usos que no la requieren (riego de parques, limpieza viaria, refrigeración industrial) permite reservar los recursos de mayor calidad para el consumo humano. - Protección de acuíferos y ecosistemas
La reutilización disminuye la extracción en acuíferos sobreexplotados y contribuye a mantener los caudales ecológicos, cumpliendo así con la Directiva Marco del Agua (2000/60/CE). - Resiliencia frente a sequías
Los efluentes de las depuradoras son un caudal relativamente constante. Convertirlos en recurso útil permite disponer de una fuente más estable en periodos de escasez, en línea con los Planes Especiales de Sequía que obliga a elaborar la legislación española. - Economía circular y eficiencia
El modelo lineal de “usar, depurar y verter” se transforma en un ciclo en el que cada gota puede tener múltiples vidas, en coherencia con la Ley 3/2023 de Economía Circular de Andalucía. - Aceptación social y gobernanza
La normativa exige medidas de comunicación y participación (RD 1085/2024, art. 26), lo que ayuda a derribar prejuicios y aumentar la confianza de la ciudadanía.
La base legal de los PFRA
La reutilización del agua cuenta con un marco jurídico amplio que da respaldo a los PFRA:
- Normativa europea
* Directiva 91/271/CEEsobre tratamiento de aguas residuales urbanas, que ya en 1991 incluía la reutilización como opción preferente.
* Directiva Marco del Agua (2000/60/CE), que obliga a los Estados miembros a proteger y regenerar masas de agua, incluyendo medidas de reutilización.
* Reglamento (UE) 2020/741, que establece requisitos mínimos de calidad, control y gestión del riesgo para el uso seguro del agua regenerada en la agricultura.
- Normativa estatal
* Texto Refundido de la Ley de Aguas (RDL 1/2001, arts. 109–109 quinquies): regula la reutilización como un uso privativo del agua y establece la necesidad de concesión administrativa.
* Real Decreto-ley 4/2023: fijó el calendario de adaptación de las autorizaciones existentes al nuevo régimen jurídico.
* Real Decreto 1085/2024, que aprueba el Reglamento de Reutilización del Agua. Su Capítulo VI obliga a los municipios de más de 50.000 habitantes a elaborar un PFRA con objetivos, diagnósticos y medidas concretas.
- Normativa autonómica (Andalucía)
* Ley 9/2010 de Aguas de Andalucía: reconoce la reutilización como principio básico de sostenibilidad (art. 5.2).
* Ley 3/2023 de Economía Circular: faculta a la Junta para establecer usos obligatorios de agua regenerada en determinadas actividades (art. 59).
Este entramado normativo convierte a los PFRA en una obligación legal y una herramienta de política pública, no solo en una iniciativa voluntaria de los municipios.
Según el artículo 26 del RD 1085/2024, los planes deben incluir al menos:
- Evaluación de recursos disponibles y de la capacidad de las estaciones depuradoras.
- Análisis de las demandas actuales y potenciales de agua regenerada.
- Diagnóstico de la situación actual en materia de ahorro, eficiencia y reutilización.
- Definición de objetivos y criterios del plan.
- Análisis de alternativas y justificación de las soluciones adoptadas.
- Plan de medidas, que puede dividirse en:
* Infraestructuras (ampliación de tratamientos terciarios, redes de distribución).
* Gobernanza (ordenanzas municipales, régimen tarifario).
* Innovación (tecnologías de tratamiento, sensores de control).
* Comunicación y sensibilización. - Estimación de costes y cronograma de ejecución.
- Plan de gestión del riesgo, obligatorio para garantizar la protección de la salud y el medio ambiente.
En la práctica, esto se traduce en un documento estratégico que integra la reutilización en la planificación hidrológica, los planes de sequía y las agendas locales de sostenibilidad.
Aunque la figura del PFRA es reciente, el uso de las aguas regeneradas en sistemas urbanos tiene ya una amplia trayectoria en municipios como Madrid, Chiclana de la Frontera o Calviá, o en sistemas de abastecimiento como en la Región de Murcia o el Consorcio del Ter y el Llobregat.
En Calvià (Mallorca) se ha avanzado con fuerza: la puesta en marcha de la Estación Regeneradora de Agua de Santa Ponça en 2022 multiplicó por veinte la disponibilidad de agua regenerada municipal. Se acompañó de una ordenanza pionera que regula tanto las aguas regeneradas como las aguas grises/pluviales para usos no potables, un plan de extensión de redes regeneradas (actualmente ~45 km, con meta de 150 km) y acuerdos con el sector turístico local para proyectos piloto que ahorran más de 16,5 millones de litros de agua potable al año. Ajuntament de Calvià. Mallorca+2Ultima Hora+2
En Cataluña, el sistema Ter-Llobregat sirve también como referencia. Las Estaciones de Regeneración de Agua (ERA) metropolitanas reutilizaron cerca de 61 hm³ en 2023 para usos diversos (riegos, usos municipales, barrera contra intrusión salina, etc.). Iniciativas como el proyecto ReWaT y la estrategia “Regeneración 2040” de la Agencia Catalana del Agua buscan planificar redes regeneradas con estándares de calidad, criterios técnicos claros y optimización económica. Àrea Metropolitana de Barcelona+2iAgua+2
En conclusión…
Los Planes de Fomento de la Reutilización del Agua son mucho más que documentos técnicos: constituyen la hoja de ruta para garantizar que el agua regenerada se aproveche de manera segura, eficiente y sostenible. Representan un cambio cultural y de gestión, donde la reutilización deja de ser marginal para convertirse en una fuente estructural de agua en los municipios.
En un escenario de cambio climático y creciente escasez, los PFRA son imprescindibles para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 (ODS 6), reducir la presión sobre los ecosistemas y asegurar la autosuficiencia hídrica de las ciudades. El reto inmediato es ampliar la confianza social en el agua regenerada y multiplicar sus aplicaciones, desde el riego urbano hasta los usos industriales y ambientales.
El futuro del agua pasa, en buena medida, por la capacidad de los municipios para planificar su reutilización. Los PFRA son la herramienta que hará posible ese salto hacia una gestión verdaderamente circular y justa del agua.